Consejos para aprender a tocar la batería

Definida como un conjunto de instrumentos de percusión tocados por un solo individuo, la batería tiene muchos adeptos en todo el mundo. Su popularidad se debe a que desempeña un papel importante a la hora de marcar el ritmo. De hecho, casi todos los grupos musicales, independientemente de su estilo de música, los utilizan.

Es un error pensar que tocar la batería es un juego de niños. Es una operación que requiere habilidad. De lo contrario, la batería sólo se convierte en una fuente de ruido. Así que, si quieres convertirte en batería, es necesario un aprendizaje.

Sigue estos consejos para aprender a tocar la batería:

Conocer bien el instrumento para empezar

Es imposible tocar la batería sin saber lo que realmente es. Como ya se ha dicho, se trata de un conjunto de instrumentos de percusión. En realidad, la batería es una combinación de 6 elementos.

El primero es el bombo, un instrumento que emite un sonido grave. Está equipado con un pedal que el batería controla con el pie derecho. También están los toms, de los que suele haber tres: el bass tom, que produce el sonido más grave, el medium tom y el high tom. Suelen estar instalados sobre tres patas. Por último, está la caja, que suele colocarse a la izquierda del baterista. Como su nombre indica, produce un sonido claro y seco y suele ser de metal.

Esta es sólo la composición básica de la batería. Los sets pueden variar de un instrumento a otro. También es posible elegir los componentes de tu batería en función de tus necesidades y estilo musical. Añadir algunos platillos extra para darle algo de peso es una práctica habitual entre las bandas de hard rock. Por último, no olvides las baquetas, sin ellas no se producirá ningún sonido.

La dificultad de aprender

La primera pregunta que se hacen los aprendices de músico es: ¿es difícil tocar la batería? Para los bateristas, la dificultad suele residir en la coordinación de la batería. Al fin y al cabo, hay que recordar que se trata de un conjunto de varios tambores. Así que se necesitan las dos manos y los dos pies para producir el sonido deseado. Así como a veces para el piano es difícil coordinar las dos manos (independientemente de las notas musicales que se vayan a tocar), cabe imaginar que coordinar las manos y los pies puede resultar complicado para algunos.

La dificultad del aprendizaje

La primera pregunta que se hacen los aprendices de músico es: ¿qué dificultad tiene tocar la batería? Para los bateristas, la dificultad suele residir en la coordinación de los tambores. Al fin y al cabo, hay que recordar que se trata de un conjunto de varios tambores. Así que se necesitan las dos manos y los dos pies para producir el sonido deseado. Así como a veces para el piano es difícil coordinar las dos manos (independientemente de las notas musicales que se vayan a tocar), cabe imaginar que coordinar las manos y los pies puede resultar complicado para algunos.

A veces hay que utilizar todas las extremidades simultáneamente, lo que no es fácil. Además, si se es diestro, la mano y el pie izquierdos pueden carecer de habilidad. Esto puede provocar un retraso en el movimiento. En otras palabras, puede resultarte difícil seguir el ritmo. Como baterista, se supone que debes marcar el ritmo.

La primera solución es aprender a dominar y controlar el uso de tus extremidades más torpes. Luego tienes que empezar con la coordinación de 2 extremidades. Consiste en tocar con las cajas que se controlan con los dos pies. Cuando domines los movimientos manteniendo el ritmo, añade la mano izquierda. Por último, prueba la coordinación a 4 extremidades.

Los inconvenientes de aprender a tocar la batería

Aprender a tocar la batería tiene varios inconvenientes. En primer lugar, es un instrumento bastante ruidoso y el bombo hace vibrar incluso el suelo. Así que si vives en un piso, puedes tener problemas con los otros propietarios. De hecho, acabarán presentando una denuncia contra ti por molestar al vecindario.

También hay que mencionar que la batería ocupa mucho espacio y no es tan elegante como un piano. Así que puede restar protagonismo a la decoración de tu salón o convertirse en una fuente de desorden en tu dormitorio. Lo ideal sería dedicarle una habitación especial con un buen aislamiento acústico.